martes, 11 de agosto de 2015

¿Tú también estás en contra de Zona Dorada?

Nos parece inconcebible la ciudad sin automóviles y más aún las vialidades de baja velocidad; hemos vivido y muchos de nosotros nacido bajo el paradigma equivocado que ha elevado a los vehículos privados, aún a costa de los mismos ciudadanos y sistemas no contaminantes, al eslabón más alto de los sistemas de movilidad y transportación de personas y mercancía en las ciudades. Cualquier intento por cambiar esta situación nos parece una agresión a nuestros derechos y por supuesto una grave transgresión de nuestros gobernantes por “limitar” el desarrollo de nuestras ciudades y de la iniciativa privada por “privatizar” espacios que nos pertenecen a la población. Con una postura completamente opuesta, habitantes de las ciudades más cosmopolitas del mundo se han congregado para reducir de propia mano el impacto de los vehículos motorizados y aumentar considerablemente su calidad y nivel de vida y una ruptura que empezó como casos aislados, se ha vuelto tendencia en las principales capitales de los países desarrollados. Ante estas dos realidades, ¿dónde estamos nosotros?

México se encuentra aún bastante atrasado en los sistemas de planeación urbana. Las “reformas estructurales” del actual sexenio no han tocado el tema territorial como muchos especialistas esperaban por lo que los cambios exitosos que se han logrado han sido contados y con total resistencia de la iniciativa privada por mantener la estructura actual, en parte por desinformación y en parte por mantener los privilegios que consideran “haber ganado” al aumentar la infraestructura vehicular. Los sistemas de transporte inteligente con sus respectivos centros de transferencia, el establecimiento de ciclovías, la amplificación de banquetas y pasos peatonales sobre vialidades se ven como imposiciones a las estructuras urbanas y a pesar de los beneficios con los que la mayor parte de la población se ha favorecido, principalmente aquella que “vive a pie” la ciudad, se ven opacados por un reducido grupo de privilegiados que esperan poder llegar a cualquier lugar en un vehículo motorizado, que buscan estacionamiento justo enfrente de un comercio y que conocen su ciudad únicamente a través de la ventanilla de sus autos, desconociendo e ignorando un entorno que pertenece a la mayor parte de la población.



Vancouver, Canadá
Corredor peatonal en la bahía con amplios espacios públicos y de encuentro
La Carretera Transpeninsular se ha convertido con el paso de los años en un "freeway" más del sueño americano, una vialidad de alta velocidad enumerada entre las más peligrosas del país y que se ha llenado paulatinamente de proyectos tanto urbanos como arquitectónicos obsoletos que respetan muy poco la imagen urbana y las increíbles vistas que poseemos, en aras de cubrir nuestras necesidades exclusivamente sobre un vehículo privado. Las cada vez más grandes planchas de estacionamiento se pavimentan con asfalto y niegan espacio a cualquier elemento vegetal que pueda darnos sombra y ayudar a la recuperación de mantos subterráneos que por las escasas lluvias ya es por sí sola una actividad complicada. Sarcásticamente, el sueño americano que nos ofrecía atractivos suburbios alejados de la ciudad ya no es el principal modelo de vivienda en Estados Unidos; modelos de desarrollo como el Nuevo Urbanismo han desplazado exitosamente los sistemas tradicionales de planeación urbana produciendo todo un movimiento que ha ido convenciendo a la población de los beneficios en este proceso de “rehumanización” de las ciudades; el documental The end of suburbia: Oil depletion and the collapse ot The American Dream de Gregory Green retrata una realidad que muchos han querido ocultar sin considerar el efecto tan perjudicial de la zonificación tradicional. 


Después del paso del Huracán Odile por Los Cabos, ha resurgido el interés internacional por este destino y tanto propios como extraños no han dejado pasar esta oportunidad para ser parte de un futuro que parece cada vez más atractivo a la inversión. Nuevos desarrollos habitacionales, turísticos y comerciales empiezan a desarrollarse a lo largo y ancho del destino bajo los mismos principios obsoletos con los que contamos ahora: áreas destinadas a usos específicos a los que debemos acceder únicamente a través de vehículos privados y que condicionan fuertemente nuestras opciones de consumo al interior de las manchas urbanas; clusters habitacionales que dan la espalda a la ciudad a través de grandes bardas y vallas perimetrales sin comercios internos favoreciendo el desarrollo de las grandes trasnacionales y consolidando cada vez más a la población del municipio como trabajadores de los grandes consorcios, ahogando toda oportunidad de desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas locales. ¿Quién es el usuario de estos desarrollos? ¿Para quién han fabricado estos “nuevos” suburbios en Los Cabos? Pareciera ser que queremos vender a los más acaudalados habitantes del mundo desarrollado, una realidad que ellos han abandonado desde hace ya más de 30 años.

Puerto Vallarta, México
Malecón peatonal con usos comerciales y vista al mar
En los últimos días se ha hablado mucho en redes sociales del Proyecto Zona Dorada Los Cabos, una gama de comentarios que nacen de la desinformación, sin fuentes confiables para la emisión de sus opiniones o al menos sin mencionarlas adecuadamente y que han contagiado a la población de un rechazo al proyecto aún sin conocerlo; bajo la idea de evitar la privatización de mayor número de playas y reducir las vistas al mar desde la carretera, pareciera que se aprueba el modelo tradicional de planeación que ha deteriorado la imagen del destino, ha exigido la dependencia del vehículo motorizado y beneficiado a las grandes transnacionales por encima de la inversión local. Años atrás una situación similar se presentó en Puerto Vallarta para la generación de un malecón peatonal sobre la playa; a pesar del desacuerdo de la población, el proyecto se llevó a cabo de acuerdo a la propuesta con intervenciones de la iniciativa privada y hoy es uno de los logros urbanos más importantes de este destino turístico, atrayendo gran número de visitantes y aumentando las utilidades de los locatarios de la zona. Si el proyecto de Zona Dorada Los Cabos es tal como lo presentó Eduardo Sánchez Navarro, Presidente del Grupo Questro a Cabo Mil, la realidad sería completamente diferente a la creencia popular y el proyecto pretendería ofrecer una alternativa más segura y humana a Los Cabos como lo fue el malecón en Puerto Vallarta, pero es para nosotros imposible hacer una crítica al respecto que nuevamente surja de la desinformación por lo que invitamos a las autoridades competentes e iniciativa privada a realizar los foros de comunicación y participación adecuados para su difusión y conocimiento.

Vancouver, Canadá.
Calle de baja velocidad vehicular con espacios públicos amplios.
Desde una visión Nuevo Urbanista, ¿qué esperaríamos nosotros de este desarrollo? Sin duda la rehumanización de la ciudad es una tarea vital que debemos generar todos los habitantes de Los Cabos pero pensando en todos los habitantes y no sólo en la actividad turística, es decir, aportar un desarrollo que no sólo se genere con tiendas de lujo para visitantes de lujo sino con una gama de comercios y espacios de convivencia para toda la población, locales y turistas, ofreciendo oportunidades de inversión a cada ciudadano sin cotos cerrados de poder para los grandes desarrolladores. ¿Reducir el impacto del vehículo privado? ¡Claro! Pero realizando acciones que engloben los diferentes sistemas de movilidad: banquetas y circuitos peatonales confortables, ciclovías y vialidades con preferencia a sistemas alternativos óptimos, sistemas de transporte que beneficien a trabajadores y visitantes por igual y centros de transferencia en los que no se omitan los automóviles sino se brinden espacios de estacionamiento y mejores alternativas de movilidad. Un espacio que promueva el mejoramiento del medio ambiente a través de construcciones menos contaminantes y que respeten la imagen urbana de Los Cabos como es reconocido a nivel internacional. En una palabra, que verdaderamente sea Sustentable.

Con este proyecto o sin él, el trazo de una vialidad que desahogue el tráfico vehicular de alta velocidad parece no sólo loable sino inevitable (y que además ya está propuesta en la normativa vigente) pero con el diseño, estrategias y normativas que permitan un trazo y dimensionamiento de acuerdo al aforo vial existente y evitando que se convierta en un nuevo polo de desarrollo para los inversionistas y presente en un futuro cercano los mismos problemas que hoy tiene la transpeninsular, como desgraciadamente ha ocurrido en los periféricos y libramientos de las principales ciudades de nuestro país.

Finalmente, creemos de suma importancia la integración de las cámaras, colegios e instituciones educativas pero también de profesionistas independientes y población en general a este desarrollo, presentando la información del mismo y realizando los foros de participación adecuados de acuerdo a la normativa. La apertura de información de una manera transparente y democrática sin duda despejaría cualquier duda y además le aportaría una visión local de gran valor, permitiendo a toda la inversión privada a participar en el mismo, evitando cualquier suspicacia mal fundamentada y abriendo el diálogo entre los diferentes actores sociales.

Atlixco, Puebla
Centro histórico peatonal con plantas bajas activas-comerciales y espacios de encuentro
Escribimos este artículo esperando que nuestras autoridades actúen con la legalidad, transparencia y profesionalismo que el puesto que tienen no sólo les confiere sino les exige y que los promotores del proyecto por parte de la iniciativa privada realicen los foros de participación adecuados, buscando el reconocimiento de la población y eliminando toda imposición y malestar ciudadano del que se han visto rodeados gran número de desarrollos no sólo en Los Cabos sino en el resto del país. Estando todos informados y convencidos del futuro próspero e inclusivo que queremos para Los Cabos, podemos trabajar juntos hacia una meta común.

JPV

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