viernes, 18 de septiembre de 2015

Más autos, huracanes más fuertes

De 1990 al año 2010 la población en Los Cabos aumentó el 543%, subiendo de 43,920 a 238,487 habitantes.  En el mismo periodo, los vehículos privados aumentaron de 4,144 a 119,085 unidades, lo que representa un crecimiento del 2,874% y un total de 0.50 vehículos por habitante, muy por arriba del valor nacional que se ubica en 0.19.  De continuar esta tendencia, en menos de 20 años el total de vehículos privados en el municipio superará al total de la población aun cuando las más de 3,250 unidades de transporte público actuales podrían satisfacer eficientemente, mediante una correcta redistribución de rutas, al total de la población.

A nivel mundial, los vehículos aportan el 18% de CO2 emitido a la atmósfera, que en su totalidad son responsables del 26% del efecto invernadero.  De acuerdo al Consejo Internacional de Transporte Limpio, en 2011 en México la eficiencia energética de los vehículos automotores se ubicó en los 13.1 kilómetros por litro que representa aproximadamente 3.5 toneladas de CO2 al año más el 28% que se genera durante su fabricación de acuerdo a datos extraoficiales de la automotriz Toyota, lo que da un total de 4.48 toneladas de CO2 enviadas a la atmósfera por unidad promedio.  Debe considerarse que gran parte de los vehículos existentes en Los Cabos se ubican por debajo de la eficiencia energética nacional por la antigüedad de las unidades, la dimensión de las mismas y su país de origen, pues las marcas de vehículos americanos cuentan con las eficiencias más bajas.

Como todos sabemos, las especies vegetales arbóreas nos ayudan a mitigar el CO2 y producir oxígeno, que además es indispensable para nuestra vida, pero sólo el 42% de su peso adquirido durante el crecimiento natural del árbol es la parte útil de la conversión, por lo que la altura y diámetro del tallo juegan un papel de suma importancia.  El Pinus Pinea o Pino Piñonero es una especie que puede sembrarse desde los 0 hasta los 600 msn encontrando un hábitat adecuado en el sur de Estados Unidos, consigue una altura de 20 metros a los 10 años pero puede continuar su crecimiento aunque más despacio hasta los 40 años logrando una dimensión máxima de 30 metros con un tronco que generalmente oscila en los 0.80 m de diámetro; al llegar a los 10 años cada árbol puede llegar a pesar más de 1.25 toneladas y con ello contener 0.525 toneladas de CO2.

Si en una hectárea sembráramos 400 Pinos Piñoneros, lograríamos mitigar 210 toneladas de CO2 en un periodo de 10 años que representaría anualmente 21 toneladas y con ello reducir el efecto negativo de únicamente 5 vehículos automotor.  Con los datos anteriores, sólo para contrarrestar la producción de CO2 en Los Cabos con una carga vehicular actual que se calcula en 125,000 unidades, requeriríamos 25,000 hectáreas sembradas a su máxima capacidad que representan el 7.2% de la superficie total del municipio y que de continuar con el crecimiento exponencial de vehículos por habitante, aún en su totalidad no lograríamos mitigar el efecto contaminante de los vehículos motorizados ni en los próximos años.

El agua de los océanos es también un elemento vital para la absorción de CO2 atmosférico que se concentra en el agua en forma de burbujas, sin embargo al aumentar su concentración por el efecto invernadero, se aumenta no sólo la temperatura del ambiente sino de las aguas oceánicas y con ello en lugar de reducir la cantidad de este nocivo gas, se produce la liberación de mayor número de toneladas y con ello se incrementan más ambas temperaturas.  Hace 350,000 años que se produjo la mayor concentración de CO2 en el ambiente con 300 partes por millón, la temperatura del planeta se incrementó 4 grados centígrados; en la actualidad, con una concentración de 375 partes por millón, la temperatura podría aumentar en los próximos años hasta 6 grados centígrados adicionales a los 2 grados que hemos subido en la actualidad.

Uno de los mayores riesgos al aumentar la temperatura superficial del mar es que de forma exponencial aumentarán también tanto los huracanes como la fuerza de los mismos; de acuerdo a National Oceanic Atmospheric Administration de los Estados Unidos, por cada grado centígrado que aumente la temperatura, se incrementará en un 31% la probabilidad de huracanes en el mundo y eso nos afectará directamente a Los Cabos.   Sin duda, la producción de CO2 que enviamos a la atmósfera se convierte en un efecto dominó que superará eventualmente nuestra capacidad de controlarlo si no trabajamos en soluciones efectivas que más allá de controlar, logren reducir los efectos que se han generado por el desinterés de nuestra generación y las pasadas.


Daños del Huracán Odile en San José del Cabo
Fotografía Ananí Arana
https://www.facebook.com/ananiarana.prensasudcaliforniana

Respetando el Protocolo de Kioto, un acuerdo promovido por el Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y firmado por 84 países con el objetivo de disminuir la producción de CO2 y otros gases contaminantes, para el año 2020 en México se tiene que lograr una eficiencia energética de 14.9 kilómetros por litro, muy por debajo de las expectativas europeas que se han fijado la meta de 25.8, una eficiencia 57% superior a la de nuestro país que implicaría una reducción significativa en la producción de toneladas de CO2.

Proyecto de rehabilitación de la Av. Cabo San Lucas
Eliminación de contaminación visual, ampliación de banquetas con jardineras y mobiliario urbano reduciendo espacio para el vehículo privado, modificación de las construcciones logrando alinearlas a la banqueta y quitando estacionamientos  son algunas de las estrategias que servirían para hacer un cambio de uso de suelo efectivo y lograr que la población, local y turista, conviva en vialidades más confortables, eficientes y agradables.

Pero desgraciadamente la mejora energética de los vehículos privados no será suficiente si pretendemos lograr un impacto que realmente reduzca el efecto negativo que nosotros mismos hemos producido por tantos años.  Necesitamos un transporte público de calidad mediante sistemas de alimentación y rutas troncales que aumente y mejore la cobertura existente, la reducción de espacio para el vehículo privado tanto en vialidades como estacionamientos así como el cobro del mismo en vías públicas, la construcción de ciclovías y sistemas de renta de bicicletas para establecer una mejor movilidad no motorizada de la mano con banquetas más amplias y confortables para los peatones, la implementación del programa No Circula y regulación de la tenencia de los vehículos privados, el control y reducción de fraccionamientos periféricos evitando desplazamientos innecesarios y el crecimiento desparramado de la mancha urbana… necesitamos hacer muchas cosas pero podemos empezar por una muy sencilla: pensemos bien si necesitamos usar nuestros autos.

JPV

La información estadística de este artículo ha sido tomada de INEGI a través de su página de internet www.inegi.org.mx.  Si deseas conocer más del tema, te dejamos las fuentes que consultamos y algunas páginas adicionales que pueden ser de tu interés:

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