El Nuevo Urbanismo es una
corriente de diseño urbano que se origina como una alternativa al crecimiento “moderno”
de la ciudad y busca regresarle el
concepto de barrio tradicional, en el que podíamos jugar en la calle, comprar
dulces en la tienda de la esquina y caminar todas las mañanas con nuestros
amigos a la escuela.
La ciudad moderna nace en Estados
Unidos bajo las teorías de Le Corbusier, un arquitecto del que seguramente
todos hemos oído alguna vez en nuestra vida; él generó un prototipo basado en una
máquina con engranes especializados y separados que aterrizó en una ciudad
estratificada por poder adquisitivo, con zonas habitaciones separadas de la
escuela, el trabajo y la diversión, que unió mediante anchas avenidas que
funcionan como cordón umbilical y que mientras en su momento estuvieron
sobradas para la carga vehicular, hoy son insuficientes estacionamientos en
horas pico. En este modelo “moderno”, se cambió al peatón por el vehículo
privado y las tiendas barriales por supermercados
con enormes planchas de estacionamiento al frente, se generaron distritos a los
que es imposible llegar caminando y se rodeó la ciudad histórica con una
muralla de periféricos y circuitos que la hicieron prácticamente impenetrable.
El sueño americano que se
promovió desde el periodo entreguerras, se convirtió en la pesadilla de muchos;
una ciudad como Detroit, que albergó a casi 2’000,000 de habitantes en 1950,
alberga ahora a menos de la mitad en un ambiente lleno de edificios abandonados
y lotes baldíos, mientras la nueva área metropolitana, esos terrenos
periféricos de suburbios y altos edificios acristalados que forman el moderno “skyline”,
tiene más de 5’000,000 de habitantes que le han dado la espalda a la verdadera
ciudad, la tradicional e histórica.
Portland |
En este escenario, repetido en
otras tantas ciudades como Cleveland, Pittsburg, Búfalo, Scranton, Dayton o New
Orleans, el Nuevo Urbanismo podría ser la luz al final del túnel con el
principal objetivo de elevar la calidad de vida del ser humano, desplazando al
vehículo privado y regresando la atención a los barrios tradicionales llenos de
vida y actividades. Portland, una ciudad con una inercia “moderna” en la que la
población destruyó una autopista urbana y aceptó un modelo de ciudad
tradicional, cuenta ahora una historia diferente… como lo han hecho también Boston,
Miami, Seattle o San Francisco. La aplicación
del Nuevo Urbanismo no sólo se resume en falsear fachadas estilo Santa Fé como
muchos presumen, sino una planeación y diseño urbano integral que complementado
con los correctos espacios abiertos y arquitectónicos, pueda recuperar la ciudad
y plantear nuevos desarrollos más humanos, sustentables, mejor conectados y
económicamente viables, no sólo para los desarrolladores, sino para todos los
que participan en la ciudad: gobierno, inversionistas, propietarios, agentes
inmobiliarios, arquitectos y por supuesto, habitantes y visitantes.
¿Cómo lograrlo? A través de 10
premisas básicas:
Caminabilidad mediante diseños
más amigables, confortables y seguros para el ser humano, procurando generar
radios peatonales de 10 minutos para satisfacer las necesidades de los
habitantes.
Conectividad entre las diferentes
vías para generar mayor número de alternativas de recorridos a los habitantes y
una jerarquía entre ellas que permita reconocer fácilmente la ciudad.
Diversidad de usos y habitantes
generando proyectos arquitectónicos y
urbanos variados y diversos, accesibles para toda la población sin
discriminación de edad, ingresos, cultura, raza, nacionalidad o preferencias de
cualquier tipo.
Diversidad de vivienda brindando
opciones para cada habitante de acuerdo a sus necesidades espaciales y sus
posibilidades económicas, sin distinciones ni zonificaciones exclusivas.
Mayor calidad en el diseño
arquitectónico y urbano haciendo espacios más confortables, distribuidos
eficientemente en la ciudad y los barrios y recuperando los elementos que
brindan una identidad histórica y cultural a cada ciudad.
Vecindarios tradicionales con
espacios públicos centrales, una gama amplia de usos para toda la población,
límites identificables y continuos urbanos eliminando áreas abandonadas y
grandes baldíos urbanos.
Densidades altas generando
vecindarios más compactos con un uso más eficiente de los servicios y
equipamientos urbanos.
Sistema de transporte público
inteligente con una red de alta calidad de diferentes modalidades de movilidad,
con preferencia al peatón y a los sistemas no motorizados.
Sustentabilidad con desarrollos
de bajo impacto contaminante mediante el uso de eco-tecnologías y bajo consumo
de combustibles fósiles, en los que se integra a toda la sociedad para mejorar
las redes sociales y ofrecer alternativas económicas a todos los estratos de
ingresos.
y finalmente, mayor calidad de
vida incorporando a toda la población y generando barrios y ciudades que
enriquecen la vida de sus habitantes.
¿Será posible que en Los Cabos se
pueda implementar el Nuevo Urbanismo? Acciones puntuales como la recuperación
del centro tradicional de San José, la rehabilitación de algunos espacios
públicos y las recorridos ciclistas
nocturnos, parecieran indicar que sí lo es; pero estos esfuerzos son
insuficientes si los mismos habitantes continuamos con la inercia de la “ciudad
moderna”, aquella llena de anchas vialidades, enormes planchas de
estacionamiento y fraccionamientos periféricos. ¿Será posible que Los Cabos
rompa la inercia por convertirse en una metrópolis más y logre alcanzar una
verdadera calidad de vida alejada de la “modernidad”?
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JPV
Si te interesa consultar nuestras fuentes o profundizar más en la información, te dejamos los siguientes links.
envisioningtheamericandream.comlwfaam.net
businessinsider.com
columbusunderground.com
mashable.com
endofsuburbia.com
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