martes, 4 de noviembre de 2014

De la Alta Costura a la venta en serie: la arquitectura del nuevo milenio

Las pasarelas nos gustan a todos.  La creatividad y detalle de las mejores casas de moda se presentan al público en escasos minutos, rodeadas de glamour, exclusividad y lujo; colecciones de objetos de arte cotidiano que nos hipnotizan por su belleza y encanto.  Son objetos de deseo, de actitud, de soberbia… vestirnos con uno de esos extravagantes atuendos a la medida realizados por artistas de la moda es un sueño, una aspiración que buscamos hacer realidad.

De la Alta Costura a los aparadores, todo cambia.  Un maniquí no podría nunca igualar a un modelo de carne y hueso para presentarnos ya no obras de arte sino simplemente… ropa.  Atuendos que podrán ajustarnos de acuerdo al corte que elijamos pero que nunca serán nuestros sino de todos, de cada uno que adquiera los mismos productos en serie que se han vuelto tan famosos como extendidos internacionalmente.  El sueño de la pasarela de Laggerfield para Channel nunca será el mismo que para H&M, de un producto único a un producto en serie que más de uno compartiremos, llevando el sueño a una realidad incompleta, fugaz, a medias.

La arquitectura también nos viste, la ciudad se vuelve la pasarela y nuestro sueño, la Alta Costura de los espacios... esos muros a medida que hemos fantaseado desde pequeños con los materiales, las texturas y los colores que nos identifican, los espacios que nos habitan como nosotros los habitamos a ellos, la vista que los hace reales y los ubica en un punto de la tierra que es nuestro también.  Y a pesar del sueño que anhelamos, nos conformamos con la venta en serie de los espacios; cambiamos la casa a la medida por productos de molde repetidos una y otra vez no sólo aquí sino en el mundo, compradas por catálogo como zapatos o bolsas sin el mínimo toque de personalidad ni encanto.  Nos hemos conformado con una personalización a medias como el Laggerfield para H&M, comprando un producto en serie que podemos personalizar con colores o muebles pero que sigue sin ser nuestro sino de la multitud.

Contrario a la idea que los grandes desarrolladores nos han hecho creer, cambiar nuestros ideales espaciales de la Alta Costura a la venta en serie no es más económico en la arquitectura como lo es en una pasarela.  Al comprar una propiedad terminada, todas las personas involucradas tienen una ganancia: el fraccionador, el diseñador, el constructor, el vendedor… y al momento de distribuir el precio de venta, posiblemente sólo el 50% de lo que invertiremos es el producto que realmente estamos adquiriendo; no tenemos control del diseño, de la construcción ni del proceso, simplemente se nos presenta un producto final que compramos porque “se ve bonito” o “nos ajusta” cuando por una inversión similar podríamos obtener productos a la medida que no sólo conoceríamos sino que nos involucraríamos en el proceso para obtenerlo. ¿El tiempo? Sin duda lograr una vivienda a la justa medida no puede obtenerse visitando una tienda, pero como Eleanor Roosevelt dijo, “el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”.

http://www.hec.edu/Knowledge/Finance-Accounting/Financial-Markets/Real-estate-finance-How-demographics-drive-housing-prices


El significado real de la casa a medida se ha perdido y se ha convertido en un atractivo sin valor; una casa que se diseña para construirse más de una vez deja de ser a medida para volverse molde, deja de ser Alta Costura para ser venta en serie.  No importan las opciones de personalización que se presenten a un cliente o el lujo de los acabados, si un proyecto parte de una idea preconcebida para su realización en lugar de adaptarse a sus necesidades, deseos y fantasías, definitivamente no es una casa a la medida, concepto que difiere mucho de los Códigos o Reglamentos internos de los condominios que buscan lograr una imagen común en un desarrollo a través de elementos, texturas, colores o formas en común, permitiendo que cada propietario adapte su proyecto a su personalidad y necesidades.


Adquirir en H&M un Stella McCartney o un Versace no es diferente a comprar ropa en Zara o en Cortefiel, sigue siendo un producto en serie sin importar quien lo ha diseñado como comprar una casa “de marca” que se ha adaptado a diferentes localizaciones no es diferente a comprar una vivienda de Grupo Sadasi, GEO o ARA.  El costo puede ser más alto, sin duda, como lujosos los acabados y grandes los espacios, pero nunca será un producto personalizado.  Te invitamos a conocer nuestro trabajo a través de nuestra página www.jpvespacios.com y encontrar el futuro de tus sueños con nosotros, donde encontrarás la plataforma para lograr los espacios hechos a mano que deseas.

2 comentarios:

  1. Interesante comparación acerca de la Alta Costura y la Arquitectura, sin duda estoy de acuerdo en que se encuentran relacionadas con "los sueños" y que hay que perseguirlos porque bien vale la pena disfrutarlos, sin embargo también es cierto que intervienen muchos factores en ese inter-de alcanzar el sueño, el tiempo como ya se menciono, el ritmo de vida, la economía, en otras palabras la realidad.
    claro que a muchos nos gustaría vestirnos y vestir el lugar que habitamos de una forma única y esplendida, pero eso no siempre es posible, por otro lado también es cierto que la actitud y el estilo podrían hacer la diferencia, porque es muy cierto que "aunque la mona se vista de seda, mona se queda", así que a veces menos es mas, tanto en vestimenta como en construcción, tal vez no se necesite la gran marca o la gran inversión, sino un poco de visión.

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    1. Thania, nos da mucho gusto leer tus comentarios. Para nosotros es muy importante la frase con la que concluyes "sino un poco de visión"... ¡cuánta razón tienes! No se trata de gastar sino invertir nuestro dinero de la forma más inteligente posible para obtener la casa (como la ropa) de nuestros sueños y para eso necesitamos saber perfectamente qué es lo que queremos y cómo obtenerlo; con poco dinero podemos obtener mejores resultados siempre que consultemos con expertos el camino para lograrlo.

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